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Anarkobufón o la esencia del humor


 

Simón Royo Hernández


 

Ponencia como contribución al III Festival de filosofía de Toledo: La alegría. Sección: Filosofía y humor. Toledo, 20 de mayo de 2023.


 


 

I.

Comencemos pues con el chiste de los indios y los antropólogos:

-Era otoño, y los indios de la reserva le preguntaron a su nuevo jefe si el invierno iba a ser muy duro. Educado en los métodos del mundo moderno, al jefe no le habían enseñado los viejos secretos y no tenía modo alguno de saber si el invierno iba a ser frío o no. Para curarse en salud, aconsejó a la tribu que hiciera un buen acopio de madera y se preparara para un invierno frío. Algunos días después, tuvo la ocurrencia tardía de pedir consejo práctico, llamó al servicio de meteorología nacional y les preguntó si predecían un invierno muy duro. EI meteorólogo le respondió que, efectivamente, creía que el invierno iba a ser duro. EI jefe aconsejó a los miembros de la tribu que fueran a buscar mucha más leña. Un par de semanas después, el jefe llamó de nuevo al servicio meteorológico. -¿Le sigue pareciendo que el invierno va a ser duro? -pregunto el jefe-Naturalmente -respondió el meteorólogo-. Va a ser un invierno francamente duro, durísimo. EI jefe insto a los miembros de la tribu a que recogieran cualquier trozo de madera, por pequeño que fuera. Un par de semanas después, el jefe llamo a los meteorólogos y les pregunto cómo les parecía finalmente que iba a ser el invierno. EI técnico le dijo: -¡Nuestra previsión actual es que será uno de los inviernos más fríos de todos los tiempos! -(¿De verdad? -preguntó el jefe-. ¿Y cómo están tan seguros?

A lo que el meteorólogo replicó: -¡No hay duda! ¡Los indios están recogiendo leña como locos!


Ser filósofo es ser Nadie, como Ulises hizo para burlar a Polifemo, pero no se consiente a cualquiera el ser nadie, sino que ese honroso título está reservado para los grandes pensadores del pasado. Los demás dicen ser profesores, investigadores, enseñantes, que exploran y transmiten los principios intelectuales erigidos por los filósofos.

Pero la filosofía que aquí y ahora profesamos es una antifilosofía, partiendo de la paradoja que resulta de oponer a todo arché, principio, gobierno, mando, jerarquía, el an-arché, un pensar anárquico. De ese modo se nos ofrecerá una contra-historia de la filosofía en la que la paradoja, el humor y la ironía, más la comedia que la tragedia, se nos presentarán como esencia del pensar.

De modo que, para empezar, comenzaremos ilustrando ese problema de ser Nadie. Y nada hay mejor para ello que lanzarse a contar un chiste narrado por Zizek:

Dice éste:

-Hay un viejo chiste judío que le encantaba a Derrida, en el que un grupo de judíos que está en una sinagoga admite públicamente su nulidad a los ojos de Dios. Primero, un rabino se pone en pie y dice: «Dios mío, sé que no valgo nada. ¡No soy nada!». Cuando ha terminado, un rico hombre de negocios se pone en pie y dice, dándose golpes en el pecho: «Dios mío, yo tampoco valgo nada, siempre obsesionado con la riqueza material. ¡No soy nada!». Tras este espectáculo, un judío pobre, corriente y moliente, se pone en pie y proclama: «Dios mío, no soy nada». El rico hombre de negocios le da una patadita al rabino y le susurra al oído con desdén: «¡Menuda insolencia! ¿Quién es este tío que se atreve a afirmar que él tampoco es nada?»” (Zizek Jokes. From: The Monstrosity of Christ: Paradox or Dialectic? (Cambridge, Massachusetts: MIT Press, 2009, 42).

Acerca de los chistes de judíos decía y contaba Freud en su famoso texto El chiste y su relación con el inconsciente (1905) que los que se decían los judíos entre sí eran a los que prestaba atención pues los otros no eran sino burdos signos de antisemitismo. Hannah Arendt en su también famoso texto Nosotros, los refugiados (1943), nos hablaba del proverbial buen humor de los judíos de la diáspora, parias errantes en todas partes, nómadas de la tierra, diciendo algo que explicaremos más adelante: Nuestro proverbial buen humor se basa en una peligrosa predisposición a la muerte, es decir, a ser Nada.


 

II.

Muchas veces el humor surge de la percepción de algo inesperado o extraño, que no encaja en nuestro esquema de comprensión del mundo. Cuando nos encontramos con algo que no encaja en nuestra percepción de la realidad, la incongruencia nos hace reír aliviando la angustia que produce la ruptura de nuestras coordenadas de comprensión.

Los empeños filosóficos en general no se han dedicado al estudio del humor, el chiste y lo cómico, ni de lejos, en la cabal medida a que lo haría acreedor su papel dentro de nuestra vida. La predilección por la seriedad y la tragedia ha hecho de la filosofía una actividad opuesta a la risa.

Dentro de la filosofía el humor y la comedia han estado compartimentados, en los escasos estudios que sobre ese tema se han hecho, en el departamento de Estética; por lo visto, entonces, esas actividades humanas también estarán más cerca de las artes que de las ciencias y serán las ciencias serias, igualmente, bien enemigas de la risa.

Los chistes, la risa, broma o el humor son políticamente incorrectos, libres de ataduras, desatados, permiten la transgresión del sentido común, la denuncia de la siempre falsa moralidad aceptada y la ruptura de todos los tabúes.

La risa es revolucionaria, de ahí que haya estado perseguida y proscrita. Atenta contra la Lógica y contra la Razón de modo que es a la postre enemiga de la filosofía, que como dijimos, está más ligada a la tragedia que a la comedia; al menos de esa filosofía que se ufana de ser lógica y racional.


 

III.

Según Platón en sus críticas a los poetas resulta inadmisible presentar a hombres dignos y respetables, dominados por la risa, y mucho menos a los dioses. A su parecer no se debe enseñar a los jóvenes ni a los guardianes a través de la risa:

no conviene que los guardianes sean gente pronta para reírse, ya que, por lo común, cuando alguien se abandona a una risa violenta, esto provoca a su vez una reacción violenta.

Me parece que sí.

Por consiguiente, es inaceptable que se presente a hombres de valía dominados por la risa, y mucho menos si se trata de dioses.

Cierto.

En tal caso, tampoco aceptaremos a Homero cosas como éstas acerca de los dioses: <<y una risa interminable brotó entre los dioses bienaventurados, cuando vieron a Hefesto moverse presurosamente por toda la casa>> (República, Libro III, 388e-389a citando Ilíada Homero Canto I, vv.599-600. Hefesto agitado escancia vino a todos en sus copas y se ríen al verle tan azorado).

De todos es conocida la obra de Umberto Eco El nombre de la rosa, que gira en torno a un libro perdido de la poética de Aristóteles dedicado a la comedia. En la ficción de Umberto Eco un trasunto del serio Borges, el monje Jorge de Burgos disputa con un trasunto del jovial Guillermo de Ockham sobre la risa. El primero la considera nefasta y que lleva hasta reírse de Dios, el segundo, como buen franciscano, la admite con benevolencia. La risa de la comedia es la catarsis de la tragedia. La risa es la catarsis -purificación del alma- a través de la comedia. Seguramente eso fue lo que decía Aristóteles en su segundo libro perdido de la Poética.

El humor es una modalidad de la libertad que juzga libre de ataduras y principios provocando la risa. El sin-sentido del sentido que revela el humor genera risa. Efectivamente, un chiste sobre Dios hace decaer ese fundamento y durante un instante somos ateos y libres, lo que genera a su vez, bienestar y satisfacción, aunque si la represión es muy fuerte provoca indignación o estupor.

Mediante el humor lo que creíamos pleno de sentido, nuestras más firmes explicaciones del mundo cimentadas por filósofos y científicos, se nos presenta como enteramente desprovisto de él.


Ante el espectáculo de la estupidez humana Demócrito ríe y Heráclito llora, el primero lo ve como comedia mientras que el segundo lo ve como tragedia. Desde luego el materialismo es proclive a admitir la comedia mientras que el idealismo, más serio, la proscribe, pero incluso el epicúreo Lucrecio se vio obligado a negarle a la risa consistencia ontológica:

Puede reír un ser no hecho de elementos rientes, y entender y explicarse con doctas palabras sin que sus átomos sean sabios ni disertos, ¿qué impide que los seres que vemos dotados de sensibilidad sean una mezcla de gérmenes totalmente insensibles?(Lucrecio De rerum natura Libro II, vv. 985-990). Así apuntala Lucrecio su materialismo.

Esto es así porque para un filósofo que no sea anárquico el ser y el mundo no pueden ser un chiste, pero para quienes profesamos un materialismo animista los átomos pueden reír y ser sabios, aunque seamos emergentistas y luego surjan nuevas risas a otros niveles.

Lo que impide la insensibilidad de la materia, estimado Lucrecio, es el Anarkobufón, una deidad y sustancia riente del mundo, condensada ya en cada partícula atómica, que puede hacernos estallar de risa en cualquier momento. Y es que el Caos originario del que hablaba Hesíodo bien pudo ser, también, tanto un bostezo como una carcajada.


La figura de Jano bifronte, deidad tradicionalmente concebida como imagen de la tragedia y la comedia, que por una cara ríe y por la otra llora, se reproduce fractalmente en el espacio conocido como Anarcobufonia. Entre la melancolía y la euforia la locura y lo absurdo se aproximan al humor, ajenos a la mesura racionalista. El humor es una hybris, desmesura, que desborda toda medida. Puede contener asímismo en su superficie lisa y profunda como la piel, lo siniestro, lo que no es familiar, como en los chistes de humor negro o los escatológicos, donde lo extraño, inquietante, monstruoso, aberrante o terrorífico, anidan. Lisa y profunda es la piel cuando el tacto adecuado la presiona y de ese modo muestra su intensidad. El humor, inmoderado, nos toca de manera inadecuada, desmedida, lo que nos hace saltar de risa.

Cuando nos tocan los átomos rientes anárquicos nos ofendemos si el chiste hiere, pero no llega a matar nuestra sensibilidad hacia lo humorado. Cosa cada vez más frecuente, nos ruborizamos si el humor toca nuestra moralidad o nos aturdimos si toca nuestra racionalidad, aunque nos reímos en tanto en cuanto pulveriza todos esos principios represores de nuestra libertad.


 

IV.

Según Marx la Historia sucede una vez como tragedia y una segunda vez como farsa, según Shakespeare sería un relato contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene sentido. Deberíamos sin embargo cambiar esa sentencia por esta otra: la filosofía acaece primero como tragedia y después como farsa. De ser lo más serio, la búsqueda y construcción más imponente de sentido, por acción del Anarkobufón, puede pasar a ser comedia, cosa risible y humorística.

La filosofía puede pasar entonces de ser lo más importante, algo construido arduamente a lo largo de milenios, a ser lo más superfluo y desmoronarse por completo. Los filósofos se suceden entre sí no sin declarar que han refutado a los anteriores y que su pensamiento ha de tomarse como el verdadero, lo cual no deja de ser un chiste que se cuentan los unos a los otros.

Para entender la broma pesada de saber de antemano que en la más perfecta y acabada sabiduría anida una errata profunda que la derrumba por completo, para poder imaginar la sin-razón de la razón perfecta y completa, su vecindad con el absurdo y la locura, escuchando la risa de los dioses, solo hay que tener en cuenta que todo reino acaba por decaer cuando el bufón de la corte asesina al rey matándolo de risa.

Así, hay un no-lugar llamado Anarkobufonia y allí habita el Anarkobufón, aquel que asesinó el principio, poder, mando, reino, imperio o jerarquía (el Arché), con el mero acto de contarnos un gran chiste, una sagrada broma, generando esa risa explosiva originaria ante la que todo se cae y desmorona.

Mas el estrépito de tan colosal derrumbe no se escucha, pues su sonido, aunque inmenso, es acallado por las risas de la multitud. Cae el Imperium sin violencia cuando la revelación de lo irrisorio que nos resulta se desvela, se deshace como arena, provocando una gran alegría, una gran fiesta y luego alivio y descanso para todos.

Bien saben los niños que al gato de Chessire, la reina de corazones jamás conseguirá cortarle la cabeza, pues no tiene cabeza, no, solo es un cuerpo, invisible, que la reina ve como felino libre y sonriente.

Los seguidores de Anarkobufón son todos aquellos poetas, juglares, cantores, siempre nómadas, que, aldea tras aldea, se burlaban con sus versos del poder. Los hemos visto en todas las épocas y todos los lugares, perseguidos y enjaulados por los poderosos, que de ellos temen siempre su ocaso. Y los hemos visto siempre escondidos por el pueblo, que los ha apreciado y venerado.

Inadmisibles para toda dominación, la noticia de esos titiriteros altivos nos llega por doquier. Los esfuerzos por erradicarlos han sido infructuosos. Ahora un par de pruebas de que vulgares payasadas pueden ser demoledoras, van dos chistes malos, filosóficos:


-¿A que no sabéis qué dijo Kant antes de morir?"... -Noooo, no lo sabemos. -Pues dijo: -No sé cómo será una cosa en sí pero debe de ser algo ¡FENOMENAL!

 

Y el segundo: -¿A que no sabéis a dónde llevan los filósofos a sus hijos el día de su cumpleaños? -Noooo, no lo sabemos, ¿a dónde?

-Pues al parque de ABSTRACCIONES.


 

V.

Hemos visto una prueba de que las payasadas, incluso ligeras, son subversivas. Los serios arcontes, principados y poderes, la propia filosofía, todos se creen que se puede detener a un bufón, pero se equivocan, no se puede detener a la risa, a la ironía o al sarcasmo, el poder siempre ha temido a la sátira y a la comedia, pues de un plumazo,derriba sus pies de plomo y deja a la vista su desnudez. Los niños saben bien el inmenso poder que tiene un payaso, figura de risa que fácilmente, se torna siniestra. Veamos un chiste de humor negro para corroborarlo, el chiste de los perversos:

-Un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, un zoófilo y un pirómano están sentados en el jardín de un hospital psiquiátrico.

Sin saber cómo ocupar su tiempo y aburrido, el zoófilo dice:

- ¿Y si violamos un gato?

Entonces el sádico dice:

-¡Eso, vamos a violar un gato y después lo torturamos!

El asesino agrega:

-¡! ¡Vamos a violar un gato, torturarlo y después matarlo!

El necrófilo añade:

- ¡Vale! ¡Vamos a violar un gato, torturarlo, matarlo y después lo violamos otra vez!

Y el pirómano dice:

-¡Muy bien! ¡Vamos a violar un gato, torturarlo, matarlo, volver a violarlo otra vez y prenderle fuego para hacer una antorcha!

Se hace un repentino silencio, todos miran al masoquista y le preguntan:

- Y tú qué, ¿no dices nada?

Y el masoquista dice con voz sexy:

- ¡Miauuu!


 

VI.

Aunque es bien conocida la anécdota de que Tales de Mileto despertó la hilaridad de una esclava tracia al caerse en un hoyo en indecente postura a causa de andar mirando hacia las estrellas, y aunque esa anécdota sea el comienzo de un reírse de la filosofía, entre los filósofos, los más risueños siempre fueron los cínicos, los de la secta del perro, bastan las anécdotas de Diógenes el cínico para corroborarlo.

-Cuando Platón dijo que: el hombre es un bípedo implume”, Diógenes el cínico se apresuró a desplumar una gallina, y le dijo: ¡Toma Platón, un hombre!”.

Pero quizá para mostrar lo risible de la filosofía, para lograr algo así, quizá no se pueda mostrar eso cabalmente desde su interior y sea por ello que hayan sido sobre todo los comediógrafos quienes hayan logrado hacerlo.

La figura de Sócrates, ese filósofo que juraba por el perro, en Las Nubes, Aristófanes nos muestra, cómo ya el primer y principal filósofo para muchos, pudo ser ya en su tiempo motivo para sátira y comedia. Y no obstante esa risa, la ironía, la ironía socrática, hace que puedan unirse comedia y filosofía en cuanto deconstrucción. Por eso fue el tábano el mote de Sócrates en la Grecia de su tiempo, porque con su fina ironía, con esa sutil maniobra siempre cercana a la risa, demolía toda presunción de sabiduría e iniciaba con ello una filosofía interminable. La filosofía surge como un incordio que no se cierra nunca. Pero decíamos que era en la comedia donde la risa afloraba con mayor presencia.

Volvamos por tanto a Aristófanes, ya que en su comedia Los caballeros aparece la que nos gustaría bautizar como la prueba aristofaneica de la inexistencia de Dios:


Allí nos cuenta lo siguiente: -estaban dos caballeros sin un solo óbolo en el ágora algo desesperados y le dijo uno de ellos al otro: -Lo mejor es que nos vayamos al templo y roguemos a los dioses.

Responde el otro sorprendido:

-Pero ¿acaso tú crees en los dioses?

Y dice el primero:

-¡Pues claro!

Y como buen miembro de un pueblo filosófico inquiere el amigo:

-¿Y en qué te basas?

Respondiendo el primero:

-¡En que me odian! ¿No te parece prueba suficiente?

Otro gran comediógrafo, Luciano de Samosata, retrataría a los filósofos en varias de sus obras de manera tan risible en la Antigüedad como en la actualidad; por ejemplo, en este pasaje donde se les puede ver en la figura de maestros de retórica. Luciano nos muestra lo que hay que hacer para ser un gran académico:

-Hay que prestar mucha atención al porte externo y al buen arreglo del vestuario, y después seleccionando quince o, como mucho, veinte términos áticos y aprendiéndolos concienzudamente, tenerlos listos en la punta de la lengua (...) y espárcelos por encima en todo discurso como un suave condimento (...). Después, palabras misteriosas y extrañas, raras veces pronunciadas por los oradores de antaño y llevándolas contigo, elígelas antes y asaetea con ellas a las masas que se te acerquen. Así la plebe te mirará con consideración y asumirá como algo maravilloso la cultura que los desborda (...). Si cometes solecismos o barbarismos, sea la desvergüenza el único remedio y ten siempre dispuesto un nombre que no sea de nadie, ni de los de ahora, ni de los de antes, sea poeta o prosista, diciendo que él, un hombre culto, muy meticuloso en su forma de expresarse, empleaba esa expresión(Luciano de Samosata Obras II. «El maestro de retórica». Gredos 1988, pp.16-17).

También en el mismo Luciano enocntramos un texto titulado Venta de filósofos, donde se narra cómo se van a vender filósofos como esclavos, en el ágora:

-Así, cuando iban a vender al escéptico, antes de que el vendedor alabase sus talentos, dijo uno de los asistentes: -¡Lo compro!, ¡lo compro!, y le espetó: ¡ven aquí que te he comprado! A lo cual el escéptico respondió: -No estés tan seguro. Luego le tocaba al cínico que alabando sus propias virtudes dijo a la concurrencia de compradores allí apiñada: -Yo sé gobernar hombres. ¿Quién quiere comprar un amo?


 

VII.

Ciertamente los filósofos son una mercancía algo difícil de comprar y vender, aunque los hay que se venden ellos solitos, desde Aristófanes se dice que están en las Nubes, en un topos ouranos, alejados de la vida real y sin los pies puestos en el suelo. Ello nos permitirá recordar un chiste sobre Wittgenstein que caracteriza a ese pensador:

-Estaba Wittgenstein con una colega disputando en el andén de una estación de trenes. Hablaban y gesticulaban mucho. Ella decía: Pero Ludwig, ¿cómo has podido definir la filosofía como clarificación lógica de los conceptos y luego decir que todo es juegos de lenguaje?. Wittgenstein replicaba con vehemencia. En un momento dado llegó el tren, pero ofuscados en la disputa dialéctica no se dieron cuenta. Cuando sonó el silbato de salida del tren y comenzó éste a andar se dieron cuenta y echaron a correr detrás. Corrían como galgos, a toda velocidad mientras el tren iba cogiendo velocidad. Finalmente, Wittgenstein logra agarrarse a la barra de la puerta del último vagón y se sube al tren, pero la chica no llega y se queda en el andén. Quedóse entonces la filósofa desconsolada, caminando jadeante por el andén de la estación. Llegó un revisor que lo había visto todo y le dijo: -Srta., no se preocupe, dentro de 10 minutos pasa otro tren en la misma dirección. A lo que ella, más triste todavía, contestó: -Usted no lo entiende. Él había venido a despedirse.

Estar en las nubes y ser despistado son dos cómicas características eternas del sabio.


 

VIII.

Se cuenta que el filósofo estoico Crisipo murió de un ataque de risa debido a un chiste que él mismo se había contado. Su muerte fue un martirio honorable o un suicidio poco estoico, pues todo eso supondría que habría muerto desatendiendo algunos de los preceptos de su doctrina filosófica, ya que el estoicismo siempre predicó el dominio de las pasiones, la moderación y la guía por la razón; defendiendo no alterarse en ninguna circunstancia y ser firme como una roca ante los avatares del destino.

El estoicismo como teoría filosófica no es ciertamente muy cercana a la risa, pero Crisipo pudo ser vencido y muerto por ella. También se le caracteriza de arrogante bien con sus maestros bien con sus discípulos, otra característica poco estoica de ese estoico tan divertido, que nos recuerda un hilarante episodio docente en la vida de Wittgenstein, anécdota que aparece recreada tanto en la fabulosa y recomendable película sobre el filósofo de Derek Jarman, así como en el siguiente relato de Wolfram Eilenberger:

-10 de abril de 1926, el alumno Josef Haidbauer recibe dos generosos bofetones por parte de su profesor en su escuela rural y queda por ello desvanecido en el suelo. El profesor, un tal Ludwig Wittgenstein, hizo llamar a un médico, como era su obligación, se presentaron también la madre y el padre adoptivo del muchacho... y amenazaron con denunciarle. Wittgenstein se marchó corriendo, hizo las maletas y fue a solicitar una excedencia permanente de su puesto de profesor de primaria. Se le concedió la exención el 26 de abril de ese mismo año y a los 37 años el maestro de escuela Wittgenstein abandonaría la enseñanza de infantes para siempre(Wolfram Eilenberger Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929. Taurus. Madrid 2019, p.250).

Hemos de agradecer entonces a Josef Haidbauer el que Wittgenstein abandonase la enseñanza primaria y pasase de escribir un Diccionario para las escuelas primarias(1926) a terminar dedicándose a las Investigaciones filosóficas” (1951).

En lo relativo a Crisipo y su suicidio por chiste, hay otras versiones del caso. Su muerte parece que fue más bien debida a tomar vino puro sin mezclar con agua después de un banquete ofrecido por un alumno, versión también sugestiva y también verdaderamente problemática, ya que, aunque el vino fermentado griego sin mezclar con agua, como se solía hacer, debía de ser muy fuerte; no parece suficiente el beberlo como para matarse.


Nuevamente contra los preceptos estoicos pudo Crisipo empacharse comiendo y bebiendo mucho en un banquete lo que le ocasionó esos cinco días de agonía de los que habla esa versión, o quizá el alumno, poco estoico a su vez, le estuviese envenenando para poder sucederlo como maestro en la escuela.

Sea como fuere a partir de la tesis que decimos quizá fuese real, por verosímil -creemos más lo más creíble que lo increíble- es que quizá se debieron construir las chistosas e imaginarias, ya que a menudo los chistes no están exentos de elementos de verdad, por ejemplo, cuando el chiste deforma, pero ilustra una verdad precisamente al deformarla.

Cualquier historieta, si se quiere que el que la oiga sea receptivo y la crea de algún modo debe tener algún contacto con la realidad y algún vínculo con la verdad, por deformadas que puedan estar. Luego el cómico nunca está en las nubes sino con los pies bien puestos en el suelo.

Otra versión también legendaria de la muerte de Crisipo es la que también nos cuenta Diógenes Laercio, según la cual, ciertamente, murió de un ataque de risa, pero de uno que se provocó a sí mismo al, sin querer, mandar darle a un asno de comer higos y de beber vino. Al ver que se realizaba su proposición y los efectos en el pobre animal, el modo como se tambaleaba, rebuznaba y pateaba, completamente borracho; un ataque de risa incontenible lo mató. Y es que el que los estoicos gustasen de las paradojas lógicas habría de acercarles de algún modo a los chistes, ya que, éstos, muchas veces, se nutren también de las paradojas.


Lo de matarse a uno mismo de un chiste no deja de ser bastante paradójico porque los chistes están principalmente dirigidos a que tengan mayor efecto en los demás que en uno mismo. Los chistes se cuentan para lograr la sorpresa o provocar un shock que genere hilaridad, pero no tanto la propia, y ni mucho menos hasta provocarse uno la muerte.

En realidad, parece que Crisipo estaba realizando un juego de palabras entre dos vocablos bastante homófonos y casi homógrafos en griego antiguo, el de asno (ὄνος) y el de vino (οἶνος) y por eso fue que dijo a la dueña del asno: Dale ahora mismo a este asno un poco de vino puro para que pueda pasarse los higos. Eso parece que dijo, y, entonces, le sorprendió -y le mató- el resultado de que se aplicase semejante mandato.

Al final por tanto sí que parece que de algún modo se mató Crisipo a sí mismo pues los estoicos siempre fueron muy partidarios del suicidio.


 

IX.

Fue quizá el filósofo Friedrich Nietzsche quien intentó conculcar la seriedad filosófica introduciendo la alegría y el humor en su quehacer de manera esencial, por ello predicó practicar una Gaya Ciencia, una ciencia alegre, paradójica expresión, expresión anárquica.

-De vez en cuando tenemos que descansar de nosotros mirándonos desde arriba y riéndonos de nosotros o llorando por nosotros, desde una distancia artística; ¡tenemos que descubrir al héroe y también al bufón que se esconde en nuestra pasión por el conocimiento, tenemos que alegrarnos de vez en cuando de nuestra insensatez para seguir alegrándonos de nuestra sabiduría! Y precisamente porque en el fondo último somos hombres de peso y de seriedad, y somos más peso que hombres, nada nos viene tan bien como el gorro de bufón: lo necesitamos ante nosotros mismos, necesitamos de todo arte travieso, flotante, bailarín, burlón, infantil y dichoso para no perder esa libertad por encima de las cosas que nuestro ideal exige de nosotros(Friedrich Nietzsche La Gaya Ciencia).

De Nietzsche provienen expresiones irónico-chistosas no faltas de humor como la del casamiento de Sócrates de La genealogía de la moral:

-Allí dice Nietzsche: los grandes filósofos son solteros, y enumera una serie larga de ellos como Spinoza, Kant o Schopenhauer, Leibniz, pero el propio filósofo se objeta a sí mismo que se le pondrá como excepción a Sócrates, y entonces se contesta: ciertamente, pero Sócrates se casó por ironía.


 

X.

Para finalizar recitaremos unos párrafos de un libro recientemente terminado y aún por publicar en el que repetiré de forma algo diferente algunos tópicos expuestos con anterioridad:

1006. Cuando / Terra / siente / ríe ///

La forma de reír denota el estado anímico / temporal o permanente / del riente / hay así / una suerte / de risa histriónica / ruidosamente molesta a los oídos afinados / que denota profunda y permanente estupidez / como hay risas tímidas / francas / sutiles / homéricas / inteligentes / delicadas / inquietantes // Hay / una-risa / que-odia / lo-distinto / una-risa-helada ///

La risa / si es jovial e inteligente / cálida / es sol que ahuyenta el invierno del rostro humano / si es estúpida o soez / si es servil o babeante / es mueca de mono obtuso / transparencia de idiotez // cuestión de estética / de-sensibilidad / o / insensibilidad / de ritmo y armonía / o / arritmia / de justicia / o / injusticia ///

(…) Amanecer / de la naturaleza / como otium del mundo / siempre presentido / captado por el tacto / sin ojos // lo que el animal ofrece // eso / sensibilidad pura // buena risa / desembarazo / de lo serio / de lo dolorido / descanso / sacudida cuerpo / estornudado // Risa / transformada / en / son-risa / … // Cuando / terra / siente / ríe /// (…)

Invocados / por-un-mago // advienen // la-Risa / y / el-Terror // el-anarkobufón / matareyes / de-risa / comediante-trovador / se-ha / aliado / con / la-mohaglycona / Amalafrida // la-que / mata-reyes / de-miedo // la-nacida-por / hybrifusión // quieren // ¡recuperar / La-womaipa! // Temed / temblad // pues llega / la-anarkción / de-la / mohaglycona-telépata ///

Una-vez / recuperada / la-topología-anárquica // mohaglycona // se-retrae / contrae / y / desaparece // anidando / embrionaria / en-la-Comuna ///

Poetas / niños // niños-poetas //

el-perro / tenia / las-patas / tropezadas ///

Adviene 1.155. Anarkobufonia / anarkobufón /// Los-niños / saben-bien / el-inmenso-poder / que-tiene / un-payaso / los-adultos / lo-olvidan ///

Anónimo / de-origen / desconocido / latente / presente // se-oculta / emerge // cambia / con-cada / aparición / manteniendo / su-esencia // anarkobufón / es-un / duende / Anarcobufonia / su-morada ///

Inesperado / extraño / incorrecto / no-encaja / en-nuestros / esquemas / ni / pre-comprensiones / denuncia / la-falsa / moralidad / aceptada / rompe / todo / tabú // Anarkobufón // atenta / contra / la-lógica / y / la-razón / presenta / a-los / dioses / riendo /// (…)

(Heidegger) / sobre / (Lacan) / el-psiquiatra / necesita / de-un / psiquiatra // (Voltaire) / sobre / (Rousseau) / quisiera / volver-a-andar / a-cuatro-patas /// Diálogo / de-besugos / entre-griegos / y / romanos // disputamos / siempre / por-señas / (Archipreste de Hita) ///

Los-niños / saben-bien / el-inmenso-poder / que-tiene / un-payaso / los-adultos / lo-olvidan ///


 

 

 

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